Un grupo de astrónomos acaba de confirmar el hallazgo de un cometa interestelar, un tipo de objeto extremadamente raro que no nació en nuestro sistema solar. Bautizado como 3I ATLAS, este cuerpo celeste se convierte en el tercer objeto de su tipo jamás detectado, tras el paso de Oumuamua en 2017 y el cometa Borisov en 2019.
Pero ¿qué lo hace tan especial?
A diferencia de los cometas comunes, 3I ATLAS no orbita el Sol. Su trayectoria hiperbólica y su velocidad indican que viene de otra región de la galaxia. Según explicó el astrofísico Santiago Vargas, de la Universidad Nacional, “solo está atravesando nuestro sistema, fue expulsado de otra zona lejana”.
¿Una reliquia más antigua que el Sol?
El astronáutico José Manuel aseguró que el objeto podría tener más de 4.600 millones de años, posiblemente proveniente del centro galáctico, donde abundan estrellas viejas. “Hay un 75 % de probabilidades de que sea anterior a la formación del Sol”, señaló.
Estos objetos son considerados testigos del origen del universo, y su estudio podría aportar pistas clave sobre cómo se formaron planetas, lunas e incluso la vida misma.
¿Hay riesgo para la Tierra?
Por ahora, no representa amenaza alguna. Aunque su paso cerca del Sol ocurrirá el 29 de octubre, será invisible desde la Tierra, ya que estará detrás del astro. Eso sí, durante ese momento, su cola será más brillante debido al calor solar.
Vargas advirtió que aunque este caso no es peligroso, no se pueden descartar futuros encuentros con objetos interestelares que sí vengan en dirección a nuestro planeta. “No podíamos anticipar su llegada. Mañana podríamos encontrar otro que sí represente una amenaza”, explicó.
¿Qué sigue?
Según el divulgador científico Germán Puerta, este hallazgo demuestra que no estamos solos en el vacío del universo, y que vivimos en una galaxia activa, donde objetos foráneos pueden cruzar nuestro entorno sin previo aviso.
Nuevos telescopios como el Vera Rubin, programado para entrar en operación en los próximos años, permitirán detectar más de estos “mensajeros cósmicos”, ayudándonos a entender mejor la historia del universo… y tal vez, nuestro propio origen.
3I ATLAS vino de muy lejos y no volverá. Pero su breve visita podría cambiar lo que sabemos del cosmos para siempre.
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