Un terremoto de magnitud 8,8 sacudió este miércoles la costa este de Kamchatka, en Rusia, desatando una ola de alertas de tsunami que activaron protocolos de emergencia en países a ambos lados del Pacífico, desde Japón, EE.UU. y Rusia hasta Chile, Colombia, Perú, Ecuador y México.
El sismo, registrado a 130 km de la costa y a una profundidad de 18 km, generó olas de entre 3 y 4 metros en Rusia, alcanzando también a California (EE.UU.), donde se reportó un aumento del nivel del mar de más de un metro, y a Japón, que evacuó más de 1,9 millones de personas y sus plantas nucleares en Fukushima, reviviendo el fantasma del desastre de 2011.
En América Latina, las Islas Galápagos (Ecuador) entraron en advertencia de tsunami, mientras que Chile declaró alerta roja para Isla de Pascua y zonas del norte, centro y sur del país. Perú, Colombia y México también activaron planes de evacuación preventiva.
En Rusia, la ciudad costera de Sévero-Kurilsk fue parcialmente inundada y sufrió daños significativos en su infraestructura portuaria, mientras que un jardín infantil fue destruido en Petropávlovsk-Kamchatski. Pese a la violencia del terremoto, las autoridades rusas solo han reportado heridos leves.
El Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA) confirmó que no hubo afectaciones en las plantas nucleares japonesas, aunque se mantienen en vigilancia constante. Las alertas de tsunami en Japón han sido reducidas, pero los pronósticos siguen activos.
En Hawái, donde también se activaron evacuaciones, la situación fue descrita por visitantes como “angustiante pero civilizada”. Aunque el desastre esperado no llegó, la rápida reacción evidenció una preparación sólida frente a emergencias de esta magnitud.
Con este evento, el sismo se posiciona como el sexto más potente registrado por el Servicio Geológico de EE.UU., y las autoridades advierten que podrían registrarse fuertes réplicas en las próximas horas y días.
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