El envío de marines y tropas de la Guardia Nacional a Los Ángeles en plena ola de protestas migratorias provoca una tormenta política y acusa al presidente Trump de “actuar como dictador”.
El presidente Donald Trump ha ordenado el despliegue de 4.700 militares en Los Ángeles, entre ellos 4.000 miembros de la Guardia Nacional y 700 marines, en respuesta a las crecientes protestas contra las redadas migratorias. La medida se impuso sin el consentimiento del gobernador de California, Gavin Newsom, quien calificó la decisión como “demente” y propia de un “presidente dictatorial”.
💣 Marines en casa: ¿defensa o provocación?
El Pentágono informó que la movilización busca “proteger a agentes federales y edificios ante amenazas crecientes”, en especial tras incidentes violentos durante las manifestaciones. La operación militar ha sido bautizada como Task Force 51 y representa una de las acciones más agresivas en suelo estadounidense en tiempos recientes, utilizando tropas entrenadas para la guerra en conflictos domésticos.
⚖️ Tensión institucional y advertencias democráticas
Newsom reaccionó con dureza en la red social X, asegurando que “los marines no deberían enfrentarse a sus compatriotas para cumplir la fantasía de un presidente dictatorial”. El despliegue sin coordinación con el gobierno estatal profundiza la crisis entre la Casa Blanca y los gobiernos locales, mientras activistas de derechos civiles advierten sobre la amenaza al equilibrio democrático y el uso desproporcionado de la fuerza.
🧨 Un nuevo frente en la batalla política estadounidense
Con este despliegue, Trump busca fortalecer su narrativa de orden frente a la creciente presión por las políticas migratorias. Sin embargo, el uso de marines en activo en territorio nacional —una medida considerada extrema y excepcional— podría volverse en su contra, alimentando críticas dentro y fuera del país sobre el rumbo autoritario de su administración.
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