En una movida sin precedentes, la administración Trump prohíbe a Harvard recibir estudiantes internacionales y ordena que los actuales abandonen el país o se transfieran, desatando una tormenta global en el mundo académico.
Este jueves, el Departamento de Seguridad Nacional de Estados Unidos retiró oficialmente a la Universidad de Harvard del Programa de Estudiantes y Visitantes de Intercambio (SEVP), impidiéndole inscribir a nuevos estudiantes extranjeros y obligando a los actuales a buscar otro centro educativo o dejar el país. La medida se toma tras acusaciones del gobierno de Donald Trump que vinculan a la universidad con “agitadores proterroristas” y supuestos vínculos con el Partido Comunista Chino.
“Harvard ya no puede matricular estudiantes extranjeros, y quienes actualmente están en el campus perderán su estatus legal si no se transfieren”, sentenció la secretaria de Seguridad Nacional, Kristi Noem, a través de la red social X. “Que esto sirva de advertencia a todas las instituciones académicas del país”, añadió, dejando claro que otras universidades podrían enfrentar sanciones similares.
Según el Departamento de Seguridad Nacional, Harvard no cumplió con la entrega completa de los registros solicitados sobre la participación de estudiantes internacionales en protestas recientes. Aunque la universidad compartió parte de la información disciplinaria, no fue suficiente para evitar la sanción.
Harvard alberga a cerca de 6.800 estudiantes internacionales, la mayoría de posgrado, provenientes de más de 100 países. Esta decisión no solo afecta directamente a su población estudiantil, sino que podría generar un efecto dominó en la educación superior estadounidense y su reputación global como destino académico.
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