El tercer debate de la reforma laboral promete sacudir el Senado: cambios en festivos, jornada laboral reducida y contratos fijos con límite están sobre la mesa… ¿pero el Gobierno realmente quiere que se apruebe?
Este martes 27 de mayo arranca un debate clave en la Comisión Cuarta del Senado sobre la nueva ponencia de la reforma laboral. El documento, ya radicado, incluye novedades como la posibilidad de tener tres días de descanso a la semana, diferenciar los pagos entre festivos y dominicales, y limitar la duración de los contratos a término fijo. Sin embargo, la ponencia no cuenta con el respaldo unánime: el senador liberal John Jairo Roldán no la firmó, reflejando el descontento de su partido.
Uno de los ajustes más llamativos es la propuesta de distribuir las 42 horas semanales laborales —establecidas en una ley anterior— en un periodo de cuatro a seis días. Esto significa que, si el empleado acuerda con su empleador trabajar cuatro días, podría descansar los otros tres. Además, se redefine el pago por domingos y festivos: los primeros tendrán un recargo del 100 % (que subirá gradualmente hasta 2027), y los segundos del 75 %. Este cambio busca equilibrar el costo laboral con la necesidad de protección para los trabajadores.
El tratamiento diferenciado para las mipymes respecto a las jornadas diurnas —que podrían extenderse hasta las 9:00 p. m.— ha generado un fuerte debate. Incluso el presidente Gustavo Petro criticó la medida por considerarla regresiva para los trabajadores. También se propone limitar los contratos a término fijo a un máximo de cinco años, lo cual es visto como un avance frente a la práctica actual de renovaciones indefinidas sin ofrecer estabilidad.
⚖️ ¿Y el Gobierno qué dice?
Charles Chapman, asesor del proceso y experto laboralista, fue claro: “el que realmente no quiere la reforma es el Gobierno”. Según él, mientras la Comisión Cuarta logró consensos entre diversos partidos, el Ejecutivo se mostró intransigente. Esto ha alimentado el choque entre el Pacto Histórico —que presentó una ponencia alterna— y el resto del Senado, dejando en evidencia que la batalla por la reforma laboral apenas comienza.
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