El Gobierno trasladó de forma sorpresiva la sede del Foro Global sobre Migración y Desarrollo de Barranquilla a Riohacha, desatando críticas por falta de planeación y complicando la logística a solo dos meses del evento.
A menos de 60 días del Foro Global sobre Migración y Desarrollo (FMMD), el presidente Gustavo Petro anunció un cambio inesperado: el evento ya no se realizará en Barranquilla, sino en Riohacha, capital de La Guajira. El anuncio, hecho durante su participación en la cumbre de la Celac en Honduras, dejó perplejos a organizadores, delegaciones extranjeras y aliados locales que ya habían iniciado preparativos en la capital del Atlántico.
El foro, que reunirá a más de 2.000 participantes de más de 130 países, requiere una logística compleja que incluye conectividad aérea, infraestructura hotelera y coordinación con actores territoriales. En Barranquilla ya se había establecido una red con universidades, organizaciones migrantes y colectivos ciudadanos, esfuerzos que hoy se sienten desestimados.
“Riohacha es simbólica por su cercanía a la frontera y su realidad migratoria, pero no se puede ignorar que muchas delegaciones ya habían coordinado su asistencia a Barranquilla. Este tipo de cambios, sin mayor explicación, generan incertidumbre y ponen en riesgo la asistencia internacional”, afirmó Diego Chaves, del Instituto para las Políticas Migratorias.
Desde el Gobierno, el viceministro de Asuntos Multilaterales, Mauricio Jaramillo, defendió la decisión afirmando que Colombia debe descentralizar sus grandes eventos y visibilizar regiones históricamente relegadas como La Guajira. Sin embargo, el antecedente de los Juegos Panamericanos —también retirados a Barranquilla por decisiones del Ejecutivo— revive críticas por la falta de respaldo institucional a la ciudad.
Mientras tanto, Riohacha asegura estar lista. Dayana Carrillo, directora de Turismo, destacó que cuentan con más de 2.500 camas hoteleras, aunque las limitadas frecuencias aéreas siguen siendo motivo de preocupación para los organizadores. Colombia, como presidencia actual del FMMD, asume así un reto diplomático y logístico de alto nivel, en medio de tensiones por la manera en que se toman las decisiones desde la Casa de Nariño.
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