Un nuevo estudio revela que los jóvenes centennials invierten menos en videojuegos que los millennials. ¿Qué está cambiando en el consumo digital de las nuevas generaciones?
Durante años se creyó que juventud y videojuegos eran sinónimos, pero un reciente estudio está desmontando ese mito. Según datos revelados por Mat Piscatella, analista de la firma de investigación Circana, el gasto de la generación Z en videojuegos ha caído un 25% en el último año, mientras que otras generaciones muestran descensos mucho menores.
A pesar de haber crecido con lo mejor en gráficos, títulos free-to-play y el auge del gaming móvil, los nacidos entre 1997 y 2012 están priorizando otras formas de entretenimiento. Entre los principales motivos están los costos universitarios, el deseo de independizarse y una clara preferencia por invertir en experiencias como viajes o conciertos, en lugar de consolas o videojuegos de pago.
Este fenómeno, inicialmente observado en EE.UU., ya se extiende a Europa y América Latina, y podría cambiar radicalmente la manera en que la industria del gaming aborda a sus públicos más jóvenes. Aunque los videojuegos siguen siendo una industria rentable, el modelo de consumo ha virado: las microtransacciones, el contenido gratuito y el streaming lideran el nuevo paradigma.
Esto pone en jaque a los títulos tradicionales de pago como Call of Duty o EA Sports FC, mientras gigantes como Xbox y PlayStation exploran nuevas estrategias para adaptarse. El futuro del gaming no está en juego, pero sí la forma de jugar… y de gastar.
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