Este domingo, Israel anunció una “pausa táctica” en sus operaciones militares en algunas zonas de Gaza, permitiendo la entrada de camiones con ayuda humanitaria por el paso de Rafah, en la frontera con Egipto. La pausa, coordinada con la ONU, se aplicará diariamente de 10:00 a 20:00 en áreas donde las FDI no están activas, y se habilitarán corredores seguros para convoyes humanitarios.
La medida ocurre en medio de una grave crisis alimentaria. Según el Ministerio de Salud de Gaza, al menos 133 personas han muerto por desnutrición, la mayoría niños. Cien organizaciones humanitarias advierten que la hambruna se está extendiendo rápidamente por toda la Franja.
El jefe de la UNRWA, Philippe Lazzarini, calificó la crisis como “provocada por el hombre” y exigió el ingreso inmediato de los 6.000 camiones con ayuda retenidos en Egipto y Jordania. Aunque el Programa Mundial de Alimentos celebró la medida, insistió en que un alto el fuego es la única vía real para garantizar asistencia sostenida.
Mientras tanto, los ataques continúan. Este domingo, nueve palestinos murieron y más de 50 resultaron heridos cuando esperaban ayuda en la calle Salah al-Din. Un edificio residencial también fue alcanzado por un ataque aéreo israelí en la ciudad de Gaza.
“Esto no es una solución real. Es como dar analgésicos a un paciente con cáncer sin tratarlo”, denunció Ahmad Taha, comerciante gazatí.
Los habitantes de Gaza advierten que la calidad y cantidad de la ayuda siguen siendo insuficientes, y temen que estos gestos sean solo momentáneos. Desde la ONU recalcan: “Cada retraso se mide en un nuevo funeral”.
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