En un giro histórico que sacude el panorama político de América Latina, el expresidente de Brasil, Jair Bolsonaro, fue condenado este jueves 11 de septiembre de 2025 a 27 años y tres meses de prisión por conspirar contra el orden democrático tras perder las elecciones de 2022 frente a Luiz Inácio Lula da Silva.
La Corte Suprema, que decidió anticipar la fase de sentencia al concluir la audiencia, declaró culpables a Bolsonaro y otros siete acusados, entre ellos exministros y altos mandos militares. Por mayoría de cuatro votos contra uno, se les responsabiliza por delitos como intento de golpe de Estado, organización criminal y daño al patrimonio público.
Uno de los factores clave para la severidad de la sentencia fue el papel de Bolsonaro como “líder” de una organización criminal que, según la acusación, buscaba impedir la asunción de Lula y perpetuar al exmandatario en el poder mediante una dictadura.
La defensa de Bolsonaro calificó la pena de “excesiva y desproporcionada” y anunció que apelará el fallo incluso ante instancias internacionales. Mientras tanto, la tensión escala a nivel internacional: el gobierno de Estados Unidos, a través del secretario de Estado Marco Rubio, condenó la sentencia y amenazó con represalias económicas, calificándola como una “caza de brujas”.
Por su parte, el expresidente Donald Trump también reaccionó, comparando la situación con sus propios conflictos judiciales: “Lo conocí como presidente de Brasil. Era un buen hombre”, declaró.
Según la Fiscalía, la trama golpista se gestó desde junio de 2021, con campañas de descrédito al sistema electoral y culminó en el violento asalto a las sedes de los tres poderes en Brasilia, una semana después de la toma de posesión de Lula en enero de 2023.
La sentencia marca un hito sin precedentes en la historia reciente del país y abre un nuevo capítulo en el futuro político de Brasil.
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