El ministro de Defensa, Pedro Sánchez, rompió el silencio sobre el uso de glifosato y reafirmó que la prioridad del Gobierno es la sustitución voluntaria de cultivos ilícitos. ¿Se usará el químico? Solo con aval de las comunidades.
En medio de la controversia por un contrato de $7.700 millones relacionado con glifosato, el ministro de Defensa, Pedro Sánchez, aclaró en entrevista con La W que no hay un retorno generalizado a las fumigaciones, sino una apuesta decidida por la erradicación voluntaria y concertada con las comunidades. “No hubo cortocircuito en el Gobierno. Nuestra estrategia es social: pagar por erradicar y transformar los territorios”, aseguró.
Según el ministro, el Gobierno busca desincentivar económicamente el negocio del narcotráfico, afectando toda su cadena: laboratorios, embarcaciones y redes de insumos como los hidrocarburos. Además, se trabaja en dos frentes adicionales: el combate al lavado de activos y el bombardeo a carteles en territorio colombiano, una medida que sorprendió incluso a Estados Unidos.
Sánchez también explicó que el glifosato podría emplearse, pero de manera terrestre y solo si la comunidad lo aprueba. Aclaró que este método es más controlado, pues usa una proporción menor del químico en comparación con las fumigaciones aéreas prohibidas desde 2015. “Cuando se hace concertado con los campesinos, la erradicación puede ser siete veces más rápida”, dijo.
En cuanto al polémico contrato, negó que se trate de una compra de glifosato y respaldó al presidente Gustavo Petro, quien desde Honduras aclaró que esos recursos se destinan al pago por erradicación y sustitución. “El malentendido fue causado por titulares sin contexto”, concluyó el ministro.
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