El Ministerio de Hacienda ordenó adelantar el recaudo de renta de 2026 para este año, lo que genera preocupación en varios sectores económicos por el hueco fiscal que podría quedar a futuro.
En una movida fiscal sin precedentes recientes, el Gobierno nacional firmó un decreto que obliga a las empresas a adelantar la autorretención del impuesto de renta correspondiente al año gravable 2026, para ser recaudada en el 2025. Con esta medida, el Ministerio de Hacienda busca asegurar mayores ingresos en la actual vigencia presupuestal, aunque reconoce que esto impactará las finanzas del Estado el próximo año.
La medida afectará a sectores clave de la economía como transporte, turismo, cultura, educación, agricultura, hidrocarburos, textil y construcción. Dependiendo de la actividad económica, el incremento en la autorretención va desde el 0,55% hasta el 3,5%, lo que implicará mayores desembolsos para las empresas desde este mismo año.
“El aumento de la autorretención en la fuente en 2025 disminuiría el anticipo que deben liquidar y pagar los contribuyentes en 2026”, reconoció el propio Gobierno en el decreto, lo que anticipa una presión sobre la caja pública del próximo año. Expertos en política fiscal ya advierten que esta estrategia pone un parche temporal que podría traducirse en un déficit estructural en 2026 si no se corrigen los desequilibrios de fondo.
Hacienda justifica la decisión en nombre de la “sostenibilidad fiscal” y afirma que el objetivo es evitar traumatismos presupuestarios inmediatos. Además, destaca que sectores como el agrícola y el cafetero han tenido un repunte en productividad y que se busca fortalecer el aparato productivo primario. No obstante, gremios empresariales y analistas coinciden en que esta jugada podría terminar afectando la inversión, la liquidez y el crecimiento económico en los próximos años.
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