El Gobierno declaró emergencia sanitaria por la propagación de la fiebre amarilla, con 75 casos y 34 muertes confirmadas. Mientras la administración Petro acelera la vacunación, crece el debate sobre la capacidad del país para contener la crisis.
Colombia enfrenta una nueva alerta de salud pública: el ministro de Salud, Guillermo Alfonso Jaramillo, declaró este jueves la emergencia sanitaria nacional por la expansión del virus de la fiebre amarilla. Desde septiembre de 2024 se han reportado 75 casos, de los cuales 34 han resultado en fallecimientos, lo que representa una letalidad del 45,3 %.
La enfermedad se ha detectado en nueve departamentos, concentrándose en Tolima, Meta, la cuenca amazónica y zonas bajas del río Magdalena, todas regiones con condiciones óptimas para la proliferación del mosquito transmisor Aedes aegypti. Las autoridades han iniciado restricciones de movilidad y campañas masivas de vacunación, aplicando la dosis única a personas desde los 9 meses de edad.
El presidente Gustavo Petro, desde su cuenta en X, afirmó que en un plazo de dos meses se debe vacunar “a toda la población colombiana”. Incluso mencionó la posibilidad de decretar una emergencia económica para garantizar recursos y cobertura. Sin embargo, la declaración ha generado controversia.
Expertos como el bioquímico Moisés Wasserman cuestionaron la viabilidad de adquirir y distribuir entre 40 y 50 millones de dosis en ese lapso. A nivel político, figuras de la oposición, como la senadora Paloma Valencia, acusan al Gobierno de actuar tarde y sin transparencia sobre los datos de vacunación ni disponibilidad real de biológicos.
A pesar de las tensiones, algunas autoridades regionales han respaldado las medidas. La gobernadora del Tolima, Adriana Magali Matiz —quien había tenido un fuerte cruce con Petro esta semana—, celebró la decisión de vacunar obligatoriamente a las Fuerzas Armadas, medida que ya había implementado en su territorio. “Llevamos más del 90 % de la fuerza pública del Tolima vacunada”, aseguró.
La situación ha intensificado el debate sobre la capacidad real del sistema de salud para actuar con celeridad y eficacia frente a una epidemia que parecía advertida desde hace meses.
El próximo lunes, durante el Consejo de Ministros transmitido por televisión y redes sociales, el Gobierno entregará un nuevo balance y anunciará las medidas adicionales para enfrentar la crisis sanitaria. La ciudadanía, en alerta, espera respuestas concretas más allá de los anuncios.
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