Una forma de intimidar, otra de sufrir. Así se cruzan la violencia de género y el maltrato animal, según un preocupante informe revelado por el Observatorio de Mujer y Equidad de Género y el Observatorio de Bienestar Animal, que analizó 1.000 casos reportados a la Línea Púrpura en Bogotá.
Los resultados son alarmantes: en el 31 % de los casos analizados, se encontró que la crueldad hacia los animales fue usada como herramienta de control o intimidación contra mujeres. La mayoría de los agresores identificados son hombres, en su mayoría parejas (40 %) o exparejas (27 %) de las víctimas.
Laura Tami, secretaria de la Mujer, explicó a la revista Semana que este hallazgo permite entender que “los entornos violentos hacia los animales también pueden esconder violencias basadas en género”, revelando un patrón de abuso que muchas veces pasa desapercibido por autoridades y comunidades.
Las agresiones físicas fueron las más frecuentes, tanto contra mujeres (61 %) como contra animales (45 %). Además, se identificaron otros tipos de maltrato: psicológico, económico y sexual en las víctimas humanas; y casos graves como asesinatos, tenencia violenta y retención de animales. Celos, control emocional y disputas por la custodia de mascotas son algunos de los detonantes.
El estudio advierte que este tipo de violencia cruzada es una señal clara de la normalización de la crueldad en entornos familiares, y exige respuestas urgentes por parte de las autoridades. ¿La clave? Detectar a tiempo estas señales para romper el ciclo antes de que escale.
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