El telescopio espacial James Webb ha descubierto una nueva luna en órbita alrededor de Urano, revelando que el gigante helado aún guarda secretos incluso después de casi cuatro décadas desde que la sonda Voyager 2 lo visitara por primera vez.
El hallazgo, anunciado por la NASA y liderado por el Instituto de Investigación del Suroeste (SwRI), se realizó el pasado 2 de febrero de 2025 gracias a una serie de imágenes capturadas con la Cámara de Infrarrojo Cercano (NIRCam) del Webb. El cuerpo celeste fue identificado tras analizar 10 imágenes de larga exposición de 40 minutos cada una.
La luna, de apenas 10 kilómetros de diámetro, orbita a unos 56.000 kilómetros del centro de Urano, entre las órbitas de las lunas Ofelia y Bianca, según detalló la científica principal del proyecto, Maryame El Moutamid. Su órbita casi circular sugiere que pudo haberse formado cerca de su ubicación actual.
Este pequeño satélite, tan tenue que incluso la Voyager 2 no lo detectó durante su sobrevuelo en 1986, se convierte en el decimocuarto miembro del complejo sistema de lunas interiores de Urano, situadas dentro de las órbitas de las más conocidas: Miranda, Ariel, Umbriel, Titania y Oberón.
Matthew Tiscareno, investigador del Instituto SETI, destacó que “ningún otro planeta tiene tantas lunas interiores pequeñas como Urano”, y añadió que este nuevo hallazgo podría ser apenas la punta del iceberg. “Su descubrimiento sugiere que aún queda más complejidad por explorar en este enigmático sistema”, afirmó.
Aún sin nombre oficial, esta nueva luna deberá ser bautizada por la Unión Astronómica Internacional (UAI), siguiendo la tradición de asignar nombres inspirados en personajes de Shakespeare y Alexander Pope.
Este descubrimiento confirma que, con herramientas como el Telescopio Webb, la exploración del sistema solar sigue evolucionando y abriendo nuevas ventanas hacia lo desconocido.
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