Washington pone en la cuerda floja su apoyo militar y económico a Colombia, en medio de cifras récord de cultivo de coca y crecientes tensiones con el gobierno de Gustavo Petro.
Estados Unidos está evaluando si continúa financiando su histórica alianza antidrogas con Colombia, el mayor productor mundial de cocaína. En el marco del proceso de “certificación”, el gobierno de Donald Trump decidirá el 15 de septiembre si Colombia está haciendo lo suficiente para frenar el narcotráfico. De no aprobarla, el país andino podría perder cientos de millones de dólares en ayuda militar y de desarrollo, enfrentar sanciones y ver afectadas las visas de sus funcionarios.
El debate se intensifica tras conocerse que el cultivo de coca creció un 10 % entre 2022 y 2023, y la producción potencial de cocaína aumentó un 53 %, según datos de la ONU. Mientras tanto, Washington critica la falta de resultados concretos en erradicación, pese a que Colombia reporta avances en incautaciones, destrucción de laboratorios y capturas de miembros de bandas criminales.
El presidente Petro ha cambiado el enfoque de lucha contra las drogas, priorizando las redes de tráfico sobre la erradicación forzosa, una medida que, según sus críticos, ha contribuido al aumento de la producción. Aunque Estados Unidos ya ha suspendido ayudas en el pasado, analistas creen que esta vez Trump podría tomar medidas más severas para enviar un mensaje político claro a la región.
“Una descertificación sería injusta y solo beneficiaría a los narcotraficantes”, advirtió el embajador colombiano en Washington, mientras funcionarios colombianos hacen lobby de último minuto para evitar la ruptura.
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