Colombia pisa el freno: la economía crece, pero aún no despega del todo

El PIB sube un 2,1% en el segundo trimestre de 2025, impulsado por el comercio y los servicios, pero la construcción y la agricultura muestran señales de alarma.

La economía colombiana continúa en terreno positivo, aunque a un ritmo más moderado. En el segundo trimestre de 2025, el Producto Interno Bruto (PIB) creció un 2,1%, lo que marca una desaceleración frente al 2,7% registrado en los primeros tres meses del año. Aún así, el crecimiento semestral del 2,4% es visto con buenos ojos por los analistas, aunque advierten que la recuperación avanza con cautela.

El informe presentado por el Departamento Administrativo Nacional de Estadística (DANE) destaca que ocho de las diez actividades analizadas están en verde. El comercio (5,6%), los servicios (7,5%) y el consumo privado (3,8%) han sido los grandes motores del periodo, a pesar de las altas tasas de interés, actualmente en 9,25%.

La directora del DANE, Piedad Urdinola, atribuyó parte de la desaceleración a efectos de calendario, señalando que la Semana Santa de este año ocurrió en abril, mientras que en 2024 fue en marzo, lo que alteró el número de días laborables entre trimestres.

Sin embargo, no todo son buenas noticias. La construcción de edificaciones sufrió una caída del 9,7% en el segundo trimestre, y la inversión como proporción del PIB continúa rezagada por debajo del 17%, un nivel bajo en comparación con el periodo prepandemia. Para Jackeline Piraján, economista jefe de Scotiabank Colpatria, esto refleja una dinámica débil en infraestructura y obras civiles.

Otro foco de atención es el comportamiento de la agricultura, que aunque creció un 3,8%, muestra señales de desaceleración. La minería, por su parte, cayó un alarmante 10,2%, lo que agrava el panorama para un sector clave en las exportaciones del país.

“El consumo mantiene el ritmo, pero la inversión está estancada. Así no habrá más producción futura”, advierte Camilo Pérez, jefe de investigaciones económicas del Banco de Bogotá. Una advertencia que refuerza la idea de que el crecimiento actual podría estar basado más en el gasto que en la capacidad productiva local.

Mientras tanto, el país sigue buscando el impulso suficiente para alcanzar la tan anhelada “velocidad de crucero” económica.


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