Un nuevo avance en biología sintética ha llevado a la creación de células que siguen funcionando incluso después de la muerte, un fenómeno que ha sido denominado como el ‘‘tercer estado biológico’’. Estas células tienen el potencial de ser utilizadas como biobots para aplicaciones médicas innovadoras.
Este “tercer estado biológico” describe un estado intermedio entre la vida y la muerte, donde células continúan activas a pesar de que el cuerpo de origen ya no está vivo. Científicos están investigando cómo estas células, que deberían perecer con el organismo, pueden ser modificadas para realizar funciones biológicas útiles, como la reparación de tejidos o la creación de biobots. Un ejemplo de estos biobots son los Xenobots, creados a partir de células de ranas muertas, que pueden realizar tareas y hasta multiplicarse.
Recientemente, investigadores de la American Physiological Society han publicado un estudio que describe cómo las células modificadas pueden seguir operando incluso después de la muerte del huésped. Aunque no se sabe con certeza por qué estas células no mueren inmediatamente, su potencial en la medicina es enorme. Podrían ser utilizadas para reparar células neuronales, administrar medicamentos de forma más precisa y, en el futuro, tratar enfermedades como el cáncer.
Aunque estas células no son eternas y suelen morir en un plazo de 60 días, su capacidad para funcionar más allá de la muerte representa una frontera científica fascinante. Con la creación de biobots, la ciencia está cerca de transformar el tratamiento médico, ofreciendo nuevas posibilidades para la reparación celular y la curación de enfermedades de manera más eficiente y directa.
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