El reciente incremento de $800 en el precio del galón de diésel no parece ser la solución definitiva para aliviar las presiones fiscales que enfrenta el Gobierno Nacional. Aunque esta medida permitió superar el paro de transportadores, los retos financieros continúan.
Actualmente, el precio del diésel en Colombia es de $9.892 por galón, muy por debajo del costo real, que debería rondar los $15.892, según las declaraciones del ministro de Hacienda, Ricardo Bonilla. Esta diferencia es cubierta mediante subsidios del Fondo de Estabilización de Precios de los Combustibles (FEPC), pero las arcas públicas ya no soportan este esfuerzo.
El panorama es preocupante: el déficit del FEPC asciende a $11,6 billones, y aunque el aumento de $800 ahorrará unos $600.000 millones, la brecha sigue siendo considerable. El Centro de Estudios Económicos (Anif) ha señalado que, ante la crítica situación de las finanzas públicas, eliminar el subsidio es una decisión inevitable a largo plazo. De lo contrario, el país deberá recurrir a recursos del presupuesto general, en detrimento de otras áreas prioritarias.
José Manuel Restrepo, exministro de Hacienda, enfatiza que el incremento en el precio del diésel debe continuar de manera gradual, acompañado de un diálogo constructivo con el sector transportador. No obstante, advirtió que un aumento de solo $800 en lugar de los $2.000 necesarios, genera un ahorro inferior al esperado, lo que agrava la situación fiscal.
Luis Fernando Mejía, presidente de Fedesarrollo, sugiere que, si no se ajusta el precio del diésel de manera más sustancial, el déficit deberá cubrirse con el presupuesto nacional, lo que impactará directamente las finanzas públicas en 2025 y años posteriores.
Por su parte, Mauricio Cárdenas, exministro de Hacienda, destacó que, aunque el levantamiento del paro fue un logro importante, el costo anual del subsidio sigue representando una carga insostenible para el Gobierno. A esto se suma la promesa de revisar la fórmula de fijación de precios de los combustibles, lo que podría complicar aún más la situación.
El Observatorio Fiscal de la Universidad Javeriana ha advertido que, sin un ajuste adicional de $6.000 en el precio del diésel, el déficit del FEPC continuará creciendo, afectando la sostenibilidad fiscal del país.
En resumen, el aumento del diésel, aunque necesario, es insuficiente para resolver el problema estructural. Las opciones del Gobierno se reducen a seguir aumentando el precio, recortar el gasto público o buscar nuevas fuentes de ingresos mediante una reforma fiscal, opciones que generan debate y preocupaciones en diversos sectores.
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