Un reciente informe del Instituto Colombiano de Bienestar Familiar (ICBF) ha encendido las alarmas sobre la grave situación que enfrentan los menores de edad en Colombia. Según la directora del ICBF, Astrid Cáceres, más de 70.000 niños y niñas han sido víctimas de diferentes tipos de violencia en lo que va del año, siendo la mayoría de los casos registrados dentro del entorno familiar, donde los menores deberían encontrar protección.
La violencia sexual se destaca como uno de los mayores flagelos, con aproximadamente 11.000 casos reportados, lo que evidencia una crisis profunda en la protección de la niñez colombiana. Cáceres resaltó que la mayor parte de estas agresiones son cometidas por personas cercanas a los menores, como padres, otros familiares o conocidos, lo que agrava aún más la situación, pues el hogar se convierte en un espacio de peligro para muchos niños.
El ICBF, en conjunto con organizaciones internacionales como UNICEF, ha reiterado la necesidad de acciones inmediatas y coordinadas para prevenir la violencia infantil. Estas entidades subrayan que la falta de acceso a derechos fundamentales como la educación, la salud y la recreación incrementa la vulnerabilidad de los menores, no solo frente a la violencia intrafamiliar, sino también al reclutamiento forzado por grupos armados ilegales, especialmente en áreas rurales.
Es imperativo que el Estado y la sociedad actúen de manera conjunta para frenar esta escalada de violencia y garantizar que los niños crezcan en entornos seguros y protectores, libres de cualquier forma de maltrato.
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