En la antesala del encuentro entre Lula, Petro y delegados de ocho países amazónicos, las comunidades indígenas exigen participación real, seguridad y un calendario para el fin de los combustibles fósiles en sus territorios.
Con un mensaje contundente —“sin los pueblos indígenas no hay Amazonia ni Cumbre”— líderes indígenas de los nueve países que comparten el bioma amazónico iniciaron una semana decisiva para el futuro de la región. A pocos días de la V Cumbre de Presidentes Amazónicos, que reunirá en Bogotá a mandatarios y delegados de los ocho Estados miembros de la OTCA, los pueblos originarios han presentado un decálogo de exigencias que busca convertirlos en actores clave en las decisiones que definirán el destino de la selva más biodiversa del planeta.
Entre sus principales demandas están: establecer un mecanismo formal de participación dentro de la OTCA, garantizar seguridad en sus territorios, recibir directamente los fondos climáticos, y —el punto más crítico— declarar a la Amazonia como una zona libre de actividades extractivas, incluidos petróleo y minería. Además, piden un cronograma concreto para la transición justa en todos los sectores económicos que hoy amenazan su supervivencia.
“La Amazonia está tomada por la mafia, tienen más plata que los gobiernos”, advirtió Martín von Hildebrand, secretario general de OTCA, al respaldar el reclamo indígena por mayor seguridad y gobernanza compartida.
Esta postura se da en un contexto tenso: mientras el presidente Gustavo Petro respalda la idea de una Amazonia libre de combustibles fósiles, Luiz Inácio Lula da Silva insiste en que los ingresos petroleros son clave para financiar la transición energética. En junio, Brasil adjudicó 19 bloques para exploración en la Foz do Amazonas, desatando críticas incluso dentro del bloque amazónico.
La presión indígena crece: diez parlamentarios de la región han enviado una carta a Petro pidiendo que el nuevo acuerdo incluya un compromiso explícito para dejar atrás los fósiles, y más de 50 organizaciones ya hicieron lo mismo ante la OTCA.
Este viernes se espera la firma de una nueva declaración conjunta que renueve los compromisos de la Declaración de Belém (2023). Sin embargo, la pregunta sigue en el aire: ¿será esta una cumbre de gobiernos… o finalmente también una cumbre indígena?
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