En un fallo sin precedentes que sacude la historia judicial y política de Colombia, el expresidente Álvaro Uribe Vélez fue declarado culpable este lunes por los delitos de fraude procesal y soborno en actuación penal, en una sentencia dictada por la jueza Sandra Heredia tras una extensa audiencia de más de diez horas en Bogotá.
El juicio, que marcó el clímax de una batalla legal que se extendió por más de 13 años, establece que Uribe ordenó a terceros manipular testigos encarcelados para limpiar su nombre luego de ser acusado en 2012 por presuntos vínculos con el paramilitarismo. Aunque fue absuelto del delito de soborno simple, se espera que la pena —que aún no ha sido anunciada— alcance hasta 9 años de prisión, posiblemente domiciliaria.
Uribe, presidente entre 2002 y 2010 y figura clave del uribismo, se convierte en el primer exmandatario colombiano condenado penalmente, abriendo un capítulo inédito en la historia del país.
La voz de la jueza: “Actuaba desde las sombras”
La magistrada Heredia fue enfática: Uribe sabía y dirigía las acciones del abogado Diego Cadena, quien ofreció beneficios jurídicos a testigos para favorecer al expresidente. “No cabe duda que el procesado sabía de su proceder… él mismo la ejecutaba desde las sombras”, sentenció.
Reacciones encontradas y una tormenta política en ciernes
Las reacciones nacionales e internacionales no se hicieron esperar. Desde EE.UU., el secretario de Estado Marco Rubio calificó el fallo como una “instrumentalización” de la justicia, mientras congresistas republicanos como Mario Díaz-Balart respaldaron esa posición.
Por su parte, el presidente Gustavo Petro pidió respetar la justicia y rechazó la injerencia extranjera: “No permitimos ultrajes”.
Del lado colombiano, figuras como María Fernanda Cabal denunciaron una supuesta persecución judicial, mientras desde la izquierda, Gustavo Bolívar celebró la decisión: “La justicia cojea, pero llega”.
¿Qué sigue?
Aunque la sentencia es apelable, el fallo marca un antes y un después. La condena puede escalar al Tribunal Superior de Bogotá, que tendrá la última palabra. Uribe seguirá en libertad hasta conocer la condena exacta, y el debate sobre el poder, la justicia y la verdad apenas comienza.
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