Los aranceles de Trump ya golpean a empresarios y consumidores en todo el mundo

El ambicioso plan arancelario de Donald Trump, que desde abril sacudió el comercio global, ya está teniendo consecuencias directas para empresas y consumidores en distintos rincones del planeta, más allá de Estados Unidos y China.

Ejemplo de ello es Learning Resources, un fabricante de juguetes educativos de Illinois, cuyo CEO, Rick Woldenberg, advirtió: “Me inclino a plantar cara cuando mi empresa está en serio peligro”. Sus costos por importaciones desde China saltaron de US$2,5 millones a más de US$100 millones al año tras el aumento temporal de aranceles al 145%. Aunque hoy se ubican en 30%, siguen siendo insostenibles para muchas compañías, que ahora buscan alternativas en Vietnam e India, pese a enfrentar allí aranceles generales del 10%.

Empresas obligadas a repensar cadenas de suministro

  • Cluck Clucks, una cadena canadiense de pollo frito, tuvo que dejar de comprar freidoras a presión estadounidenses, afectando el menú de sus nuevos locales, y advierte que podría subir precios por los refrigeradores ahora más costosos.
  • La española Oro del Desierto, productora de aceite de oliva, evalúa enviar menos producto a EE. UU. si los aranceles del 10% hacen inviable el negocio, y compensar con ventas en otros 33 mercados.

Demandas, litigios y preocupación global

Mientras tanto, Learning Resources mantiene una demanda contra el propio Trump. Un juez dictaminó que los aranceles eran ilegales, pero el gobierno apeló y la empresa aún debe pagar. “No quiero decir ‘esperar lo mejor’, porque no creo que la esperanza sea una estrategia”, dijo Woldenberg.

Expertos como Les Brand, de Supply Chain Logistics, advierten que mover la producción no solo es costoso, sino que desvía tiempo crucial del negocio: “Requiere pruebas de calidad, formación de nuevos equipos y sacrifica márgenes ya muy estrechos”.

Por su parte, el consultor afirma que el impacto global pudo haberse mitigado si Trump hubiera actuado con menos prisa: “La velocidad de estas decisiones está empeorando las cosas”.

Así, en medio de la guerra comercial que revive bajo la administración Trump, los empresarios de todo el mundo ya sienten la presión, ajustan sus cadenas de suministro a contrarreloj y, en última instancia, preparan al consumidor para pagar la cuenta.


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