En un momento crítico para el futuro del conflicto en Gaza, el primer ministro de Israel, Benjamín Netanyahu, ha partido este domingo hacia Estados Unidos con una misión que, según palabras del presidente israelí Isaac Herzog, tiene un peso moral incalculable: lograr la liberación de los rehenes aún en poder de Hamás.
El viaje ocurre en paralelo a la reanudación de las negociaciones indirectas en Doha, donde un equipo israelí continúa discutiendo los términos de un posible acuerdo de tregua con mediadores internacionales. Aunque Hamás ha dado su visto bueno a una propuesta de alto el fuego de 60 días, ha planteado cambios que Netanyahu calificó como “inaceptables”.
“Lleva consigo una misión importante: el regreso de todos nuestros rehenes a casa. Es un deber moral supremo”, afirmó Herzog, quien respaldó el viaje de Netanyahu pese a las tensiones políticas internas.
El presidente también agradeció a Donald Trump, con quien se espera que Netanyahu se reúna este lunes, por su papel en frenar el programa nuclear iraní y reafirmó su esperanza de ampliar los Acuerdos de Abraham tras esta visita a Washington.
Aunque Israel considera aceptable el marco inicial de la tregua, las modificaciones introducidas por Hamás —aún no reveladas en detalle— han generado fricciones que amenazan con frenar el avance del acuerdo. Sin embargo, la presión diplomática y el clamor nacional por la liberación de los rehenes mantienen vivas las esperanzas de un acercamiento.
“Toda una nación observa, espera y reza para que todos nuestros rehenes regresen a casa lo antes posible”, declaró Herzog en un comunicado oficial.
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