El presidente Gustavo Petro viajará a China para acercarse oficialmente a la ambiciosa estrategia global de Xi Jinping, en medio de críticas por el impacto que esto podría tener en las relaciones con Estados Unidos.
Colombia se prepara para un nuevo giro en su política exterior y comercial. La próxima semana, el presidente Gustavo Petro visitará Beijing para firmar la carta de intención de adhesión a la Iniciativa de la Franja y la Ruta (IFR), el megaproyecto impulsado por China para expandir su influencia económica a través de infraestructura, conectividad y cooperación internacional. Esto ocurrirá en el marco de la cuarta reunión ministerial del Foro China-CELAC, donde se celebrará el décimo aniversario de la cooperación entre el gigante asiático y América Latina.
El anuncio generó una fuerte reacción en sectores económicos y políticos del país, que ven en este movimiento una amenaza a la relación comercial histórica con Estados Unidos. Colombia se convierte así en el primer país del top cinco de socios comerciales de China en la región que da un paso hacia su adhesión, siguiendo el camino de países como Venezuela, Ecuador y Cuba, que ya tienen planes de cooperación concretos dentro de la IFR.
Actualmente, China ya es el país con el que Colombia tiene el mayor déficit comercial, superando incluso a EE.UU., según cifras del DANE. Aunque solo representa el 4,7% del comercio bilateral entre China y América Latina, la presencia china en proyectos de infraestructura y tecnología sigue en ascenso. Desde 2024, ya operan enlaces marítimos directos entre Shanghái y el puerto de Buenaventura.
Expertos como Carlos Díaz-Rosillo y gremios como Analdex advierten sobre los riesgos de aceptar a China como economía de mercado, señalando posibles consecuencias diplomáticas y comerciales con Washington. A pesar de esto, el gobierno colombiano apuesta por diversificar sus alianzas estratégicas y aprovechar las oportunidades de inversión que ofrece el modelo chino de cooperación sin condicionalidades políticas.
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