En una jornada cargada de simbolismo y retórica encendida, el presidente Gustavo Petro radicó su consulta popular en medio de marchas del Día del Trabajo y un discurso en el que arremetió con fuerza contra el Congreso.
Desde la Plaza de Bolívar y con una multitud coreando su nombre, Petro volvió a echar mano de la épica para movilizar a sus bases. Agitando la bandera de Guerra a Muerte del ejército libertador y acompañado de la espada de Bolívar, el mandatario pronunció un discurso de más de una hora en el que mezcló críticas al Congreso, referencias históricas y un anuncio clave: no buscará la reelección en 2026.
La intervención fue el preámbulo de la radicación oficial de la consulta popular, un documento con 12 preguntas orientadas a transformar el modelo laboral del país. Entre ellas, se destacan propuestas como reducir la jornada diurna a 8 horas, formalizar a trabajadores informales, eliminar la tercerización y garantizar seguridad social para repartidores de plataformas digitales.
Petro no ahorró en provocaciones. Acusó al Congreso de bloquear sus reformas y amenazó con que “el pueblo se levantará y los revocará” si se niegan a permitir la consulta. Incluso, ironizó sobre los insultos que lanza: “HP: honorable parlamentario”, dijo entre risas. En su arenga, calificó la jornada como la movilización más grande en la historia del país, aunque las imágenes mostraban una asistencia similar a la de otros años.
Tras su discurso, el mandatario se dirigió al Capitolio junto a su gabinete y líderes sociales para entregar el texto de la consulta. El Senado tiene ahora 30 días para decidir si convoca o no al pueblo a las urnas. Con este acto, Petro pone en marcha una ofensiva política de alto voltaje que busca convertir la calle en su mejor aliada frente al bloqueo legislativo. ¿Escuchará el Congreso este llamado popular o se viene una nueva confrontación institucional?
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