La guerra arancelaria, las deportaciones masivas y la incertidumbre comercial han marcado el nuevo mandato del presidente estadounidense.
A punto de cumplirse los primeros 100 días de la nueva administración de Donald Trump, el balance en materia económica y comercial es de alta tensión y fracturas globales. El presidente, quien prometió “resetear” el sistema desde el primer día, ha sacudido tanto la política interna como las relaciones internacionales de Estados Unidos.
Con la eliminación de derechos para minorías, recortes de fondos a universidades, salidas de tratados internacionales y amenazas de apropiación de territorios estratégicos como el Canal de Panamá, la administración Trump ha dejado su sello en cada frente. Su política más agresiva, no obstante, ha sido la guerra de aranceles, iniciada en abril con gravámenes que afectaron a decenas de países, desencadenando un desplome bursátil global.
La ofensiva comercial contra China, Canadá, México y Europa generó temores de recesión y provocó una devaluación del dólar frente a monedas como el euro y el franco suizo. Analistas como Diego Rodríguez señalan que los mercados, inicialmente optimistas, ahora muestran repatriación de capitales y diversificación de inversiones.
Colombia también ha sentido el impacto. Aunque un 82,7% de la canasta exportadora colombiana tiene protección por el TLC o ha sido excluida de aranceles, un nuevo gravamen del 10% amenaza con afectar las exportaciones no minero-energéticas y podría costarle al país 15.000 empleos, según AmCham Colombia. “Se está abriendo una oportunidad competitiva para sectores como confecciones, frutas procesadas y productos de confitería”, señaló María Claudia Lacouture, presidenta de la entidad.
En medio de la creciente presión, Trump ha dado señales de moderación, anunciando negociaciones bilaterales y un posible encuentro con el presidente chino Xi Jinping. No obstante, la fractura de la confianza internacional ya está hecha. Javier Díaz Molina, presidente de Analdex, advierte: “Trump se pegó un tiro en el pie. La política de aranceles no solo golpeó la economía interna, sino que también dañó la palabra de EE. UU. como socio confiable”.
Mientras Trump busca recomponer algunas relaciones, el mundo sigue de cerca los efectos de una política exterior impredecible, que ha puesto a prueba los cimientos del comercio global.
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