El Gobierno celebró una colocación récord de deuda en los mercados internacionales. Pero expertos advierten: ¿fue esta la movida correcta o un síntoma de que la caja no da para más?
Colombia sorprendió al mercado con la emisión de bonos globales por US$3.800 millones, en lo que el Ministerio de Hacienda describió como “la transacción más grande de su historia” en los mercados internacionales. La operación incluye bonos con vencimiento en 2030 y 2035, a tasas del 7,5% y 8,75%, respectivamente. El objetivo: recomprar deuda que vence en 2026 y mejorar el perfil de la deuda externa del país.
La noticia fue recibida con entusiasmo en el gobierno. El ministro de Hacienda, Germán Ávila, destacó que la alta demanda –más de US$10.000 millones en órdenes– refleja “un voto de confianza de los inversionistas internacionales”. Sin embargo, no todos lo ven igual. Algunos analistas aseguran que la emisión en este momento podría revelar dificultades de liquidez en las finanzas públicas.
Desde Bloomberg, expertos como Ricardo Penfold de Seaport Global y William Snead de BBVA señalaron que, aunque el mercado primario comienza a reabrirse tras semanas de incertidumbre global, esta emisión podría haber sido precipitada. A esto se suma el aumento del déficit fiscal, que alcanzó el 6,8% del PIB en 2024, y la proyección de que la deuda pública supere el 60% del PIB este año.
La coyuntura no es menor: precios del petróleo a la baja, un año preelectoral, y presión internacional sobre los mercados emergentes. ¿Está el gobierno aprovechando una ventana de oportunidad o simplemente tapando un hueco fiscal antes de que sea demasiado tarde? La respuesta podría definirse en los próximos meses, según se estabilicen o no los mercados y el gasto público.
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