La alergia a los gatos afecta hasta al 20 % de la población mundial, pero el culpable no es el pelo, sino una proteína invisible que se esconde donde menos lo imaginas.
Durante años se ha creído que el pelo de los gatos es el principal culpable de las alergias que afectan a millones de personas en el mundo. Sin embargo, la ciencia ha demostrado que el verdadero responsable es Fel d 1, una proteína microscópica que nada tiene que ver con la cantidad de pelo o con la raza del felino.
Esta proteína, que produce el propio gato en su saliva y glándulas de la piel, se transfiere al lamerse y luego queda adherida al pelo y a las células muertas. Cuando estas caen o se dispersan, Fel d 1 entra en el ambiente, se mantiene en el aire por mucho tiempo y se pega fácilmente a la ropa, muebles y cortinas. De hecho, estudios han detectado esta proteína incluso en hogares donde no hay gatos.
Aunque la Organización Mundial de la Salud ha identificado ocho alérgenos felinos, Fel d 1 es el más potente y relevante. Curiosamente, los gatos machos no esterilizados producen mayores niveles de esta proteína, mientras que las hembras, los machos esterilizados y los gatos mayores generan menos.
No existe una raza de gato realmente “hipoalergénica”, y la sensibilidad de las personas depende, en gran parte, de la cantidad de Fel d 1 que produce cada animal. Aunque se están investigando posibles vacunas para reducir su producción en los gatos, todavía no hay soluciones definitivas.
Entre tanto, los expertos recomiendan medidas prácticas como mantener a los gatos fuera del dormitorio, ventilar bien los espacios, limpiar con frecuencia, eliminar alfombras y usar fundas antiácaros. Porque aunque ames a los gatos, tu nariz (y tus pulmones) también merecen cariño.
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