El conflicto armado en la frontera entre Colombia y Venezuela escala tras las acusaciones mutuas entre los presidentes Gustavo Petro y Nicolás Maduro. Mientras Colombia denuncia que Venezuela acoge a guerrilleros del ELN, el gobierno chavista responde señalando a Colombia por albergar a miembros del Tren de Aragua. La violencia ha provocado miles de desplazados y muertos en la región.
El presidente colombiano, Gustavo Petro, expresó preocupaciones sobre la presencia del Ejército de Liberación Nacional (ELN) en Venezuela, insinuando que las autoridades venezolanas podrían estar brindando apoyo a la guerrilla. La reciente masacre en el Catatumbo, zona fronteriza, y los intensos enfrentamientos entre el ELN y disidencias de las FARC, han aumentado la tensión entre ambos países.
El gobierno venezolano, por su parte, respondió a las acusaciones de Petro al señalar a Colombia como un refugio para el Tren de Aragua, una poderosa banda criminal venezolana. Además, miembros del chavismo cuestionaron la legitimidad de Petro, acusándolo de haber perdido su posición política frente a Estados Unidos y de ser un “zombi” de su anterior ideología.
Mientras tanto, la situación humanitaria en la frontera se agrava, con más de 36,000 desplazados y decenas de muertos. Los esfuerzos por controlar el caos, incluidos patrullajes aéreos y el despliegue de tropas, no logran calmar la violencia, dejando a la región en un estado de incertidumbre y creciente conflicto.
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