El presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, ha generado controversia al sugerir que su administración podría intentar retomar el control del Canal de Panamá, argumentando que Washington lo cedió “tontamente” y criticando las tarifas actuales como “ridículas” e “injustas” para los buques estadounidenses.
En un discurso pronunciado en Phoenix, Arizona, Trump afirmó que las tarifas impuestas por Panamá son una “completa estafa” para Estados Unidos y advirtió que, de no reducirse, su gobierno exigiría la devolución total e inmediata del canal.
Ante estas declaraciones, el presidente de Panamá, José Raúl Mulino, respondió con contundencia, reafirmando la soberanía panameña sobre el canal y subrayando que “cada metro cuadrado del Canal de Panamá y su zona adyacente es de Panamá, y lo seguirá siendo”.
Mulino enfatizó que la soberanía y la independencia de Panamá no son negociables y destacó que el canal es parte fundamental de la historia y la identidad nacional panameña.
El Canal de Panamá, una vía interoceánica de 82 kilómetros que conecta los océanos Atlántico y Pacífico, fue construido a principios del siglo XX y estuvo bajo control estadounidense hasta 1999, cuando Panamá asumió su administración completa tras los Tratados Torrijos-Carter de 1977.
Analistas internacionales consideran que las declaraciones de Trump podrían indicar un cambio en la política exterior estadounidense, aunque dudan de la viabilidad legal de una reclamación sobre el canal, dado el reconocimiento internacional de la soberanía panameña sobre esta estratégica infraestructura.
La comunidad internacional observa con atención este intercambio, conscientes de la importancia geopolítica y económica del Canal de Panamá en el comercio mundial y en las relaciones bilaterales entre Panamá y Estados Unidos.
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