Los futuros del cacao han alcanzado niveles sin precedentes, impulsados por una combinación de factores climáticos adversos y enfermedades que afectan a las principales regiones productoras de África Occidental. Esta situación plantea serias preocupaciones sobre la estabilidad del suministro global y el impacto en los precios al consumidor.
Factores climáticos y enfermedades devastadoras
En países como Costa de Marfil y Ghana, que en conjunto representan más del 60% de la producción mundial de cacao, las condiciones meteorológicas extremas han tenido efectos devastadores. El fenómeno de El Niño ha provocado lluvias excesivas, propiciando la proliferación de enfermedades como la “vaina negra”, que causa la pudrición de los granos antes de su recolección. Esta situación ha llevado a que las cosechas actuales sean las más bajas en décadas.
Impacto en los precios y el mercado global
Como consecuencia de la disminución en la producción, los precios del cacao han experimentado incrementos significativos. En diciembre de 2023, el precio del cacao se disparó un 65% en comparación con el año anterior, alcanzando niveles no vistos desde 1977. Esta tendencia al alza ha continuado, con futuros del cacao duplicándose en menos de tres meses a partir de marzo de 2024, situándose en US$8.493 por tonelada métrica.
Perspectivas futuras y desafíos estructurales
Aunque se anticipa una posible mejora en las cosechas debido a condiciones climáticas más favorables y la implementación de medidas fitosanitarias, los desafíos estructurales persisten. La edad avanzada de los árboles, la falta de inversión en prácticas agrícolas sostenibles y la propagación de enfermedades como el virus del brote hinchado continúan amenazando la producción. Además, las nuevas regulaciones ambientales europeas, que prohíben la importación de productos asociados con la deforestación, imponen desafíos adicionales a los productores africanos.
Conclusión
La convergencia de factores climáticos adversos, enfermedades de los cultivos y desafíos estructurales ha llevado a una crisis en la producción de cacao, reflejada en precios históricamente altos. Sin intervenciones significativas y sostenibles, es probable que esta volatilidad persista, afectando tanto a los productores como a los consumidores a nivel mundial.
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