Esta medida, que entrará en vigor en un año, busca proteger la salud mental de los jóvenes y responsabiliza a las plataformas de su cumplimiento.
Multas millonarias para las plataformas infractoras
Las empresas que no impidan el acceso de menores a sus servicios enfrentarán multas de hasta 50 millones de dólares australianos (aproximadamente 32,4 millones de dólares estadounidenses). La responsabilidad recae exclusivamente en las plataformas, eximiendo de sanciones a padres y usuarios.
Excepciones y alcance de la ley
La legislación se centra en redes sociales populares entre adolescentes, como Facebook, Instagram, Snapchat y TikTok. Sin embargo, plataformas utilizadas con fines educativos, como YouTube, y aplicaciones de mensajería como WhatsApp, están exentas de esta prohibición.
Reacciones encontradas
El primer ministro Anthony Albanese ha defendido la ley, afirmando que “las redes sociales pueden ser un arma para los acosadores, una plataforma para la presión entre pares, un motor de ansiedad, un vehículo para estafadores y, lo peor de todo, una herramienta para depredadores en línea”.
Por otro lado, empresas tecnológicas como Meta han criticado la medida, considerándola “inconsistente e ineficaz” y solicitando más tiempo para desarrollar sistemas de verificación de edad. Elon Musk, propietario de X, ha calificado la ley de “fascista”.
Implicaciones internacionales
Australia se convierte en el primer país en implementar una prohibición de este tipo, lo que podría influir en otras naciones que buscan regular el acceso de menores a las redes sociales. Países como Noruega y estados como Florida en Estados Unidos están considerando medidas similares, aunque enfrentan desafíos legales relacionados con la libertad de expresión.
Esta legislación marca un hito en la protección de los menores en el entorno digital, estableciendo un precedente que podría ser replicado globalmente.
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