El Instituto Nacional de Vigilancia de Medicamentos y Alimentos (Invima) ha encendido las alarmas respecto a ciertos tratamientos para enfermedades huérfanas que, pese a sus elevados precios, no han demostrado eficacia clínica. Francisco Rossi, director del Invima, destacó que algunos fármacos, presentados como innovaciones por la industria farmacéutica, no cumplen con los estándares de calidad y seguridad requeridos para los pacientes.
Un caso emblemático es el de Ataluren, un medicamento destinado a tratar la distrofia muscular de Duchenne. Este tratamiento tiene un costo aproximado de 200 millones de pesos por paciente al año. Entre 2021 y junio de 2024, la Administradora de los Recursos del Sistema General de Seguridad Social en Salud (Adres) desembolsó más de 22.700 millones de pesos para su adquisición. Sin embargo, tanto la Agencia Europea de Medicamentos (EMA) como la Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos (FDA) han retirado Ataluren del mercado al no confirmarse su eficacia en estudios clínicos recientes. 
Rossi enfatizó la necesidad de un análisis riguroso antes de aprobar nuevos medicamentos, especialmente aquellos que se presentan como soluciones para enfermedades raras. “La industria innovadora global busca que en Colombia aprobemos rápidamente cualquier innovación bajo el supuesto de que representa una esperanza para los pacientes, lo cual es solo parcialmente cierto”, afirmó. Añadió que se han solicitado aprobaciones expeditas para productos que, tras un tiempo de uso y una inversión significativa, demostraron ser ineficaces o, peor aún, causaron efectos adversos graves.
Este enfoque del Invima busca proteger a los pacientes y garantizar que los recursos del sistema de salud se destinen a tratamientos verdaderamente efectivos y seguros. La entidad reafirma su compromiso con la evaluación exhaustiva de los medicamentos, priorizando la salud y el bienestar de la población colombiana.
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