DANA: El fenómeno tras el desastre en Valencia, el peor en un siglo

La Depresión Aislada en Niveles Altos (DANA), comúnmente conocida como “gota fría”, ha devastado a Valencia y otras zonas de España, convirtiéndose en uno de los eventos meteorológicos más catastróficos del país en los últimos cien años. Este fenómeno ha dejado al menos 64 fallecidos y un número indeterminado de desaparecidos, junto a enormes daños en infraestructuras y viviendas. Se trata de un fenómeno complejo y destructivo, especialmente potenciado en el clima mediterráneo.

¿Qué es una DANA y cómo se forma?

Una DANA es una bolsa de aire frío atrapada en altitudes elevadas (5,000 a 9,000 metros), que se aísla de las corrientes de aire habituales. Este embolsamiento de aire frío desestabiliza la atmósfera, y al interactuar con el aire cálido y húmedo en la superficie, provoca intensas tormentas y precipitaciones. Este tipo de fenómeno ocurre cuando las corrientes de aire en altura disminuyen, generando condiciones inusuales que desencadenan lluvias torrenciales concentradas en poco tiempo. En Valencia, por ejemplo, se registraron casi 500 mm de lluvia en ocho horas, un volumen que supera las precipitaciones anuales de la región.

¿Por qué esta DANA ha sido tan devastadora?

Varios factores contribuyeron a que esta DANA fuera especialmente intensa. Las aguas del Mediterráneo, con temperaturas superiores a la media, proporcionaron humedad adicional a la atmósfera, aumentando la energía disponible para las tormentas. Además, la orientación de las sierras cercanas al litoral valenciano canalizó las corrientes húmedas, manteniendo el flujo de tormentas en la misma zona durante horas. Estos factores, junto con la organización de las tormentas en sistemas convectivos, resultaron en lluvias continuas y extremadamente intensas.

Cambio climático: un potenciador de las DANA

Los expertos coinciden en que el cambio climático está intensificando los efectos de fenómenos como la DANA. Al aumentar la temperatura global, el aire contiene más vapor de agua, lo que incrementa la probabilidad de precipitaciones extremas. El Mediterráneo, particularmente vulnerable, enfrenta un aumento en la frecuencia e intensidad de estos eventos, que podrían suceder cada cinco años en lugar de cada quince, como era común en el pasado.

Impacto en infraestructura y transporte

La gravedad de esta DANA ha forzado la suspensión de servicios esenciales en Valencia y áreas cercanas. Inundaciones masivas han cortado carreteras, trenes y vuelos, además de dejar a miles de hogares sin electricidad. La Agencia Estatal de Meteorología (Aemet) calificó esta DANA como el fenómeno más adverso del siglo en la región, y el balance de daños podría superar los registros históricos.

Este desastre no solo subraya la vulnerabilidad ante fenómenos extremos sino también la urgencia de estrategias de mitigación y adaptación en una era de cambio climático.


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