Una creciente polémica se ha desatado en Córdoba tras la reciente entrega de tierras encabezada por el presidente Gustavo Petro y el exjefe paramilitar Salvatore Mancuso, evento que inicialmente fue presentado como un avance hacia la reparación a las víctimas del conflicto armado. Sin embargo, pobladores locales han levantado graves denuncias, calificando la entrega como una “farsa” y acusando a las autoridades de favorecer a personas ajenas a la región, dejando a los verdaderos campesinos sin acceso a las tierras prometidas.
Según los testimonios de los pobladores, personas “extrañas” a la comunidad han llegado en buses de la Agencia Nacional de Tierras (ANT) y comenzaron a ocupar los predios. Esto ha generado un clima de inseguridad, con la presencia de motorizados que recorren las zonas rurales, despertando temores entre los campesinos, quienes afirman sentirse “invadidos” y vulnerados en sus derechos. Muchos de ellos, incluyendo mujeres y líderes sociales, han expresado su angustia y preocupación, recordando los tiempos más oscuros de la guerra  .
El abogado Álex Alberto Morales, quien representa a los campesinos no beneficiados, ha señalado que el proceso está plagado de irregularidades y ha instado a las autoridades a revisar la política de distribución de tierras. Según los denunciantes, las tierras que debían ser restituidas a las víctimas del conflicto están siendo entregadas a criterio de la ANT, sin tener en cuenta las necesidades de las comunidades locales afectadas por el despojo durante el conflicto armado.
Por su parte, el director de la ANT, Juan Felipe Harman, ha negado estas acusaciones, argumentando que la asignación de tierras se realizó conforme a la ley, y que las críticas responden a intereses políticos de un clan local que controlaba ilegalmente vastas extensiones de tierras en la zona. Sin embargo, las tensiones en la región siguen en aumento, con protestas que exigen una revisión del proceso y la implementación de un sistema de entrega más transparente.
La situación pone de relieve el delicado equilibrio que el gobierno enfrenta en su política de restitución de tierras, mientras intenta reparar las heridas del conflicto sin generar nuevos focos de tensión en las comunidades afectadas.
Leave a Reply