La vicepresidenta y ministra de Igualdad, Francia Márquez, se encuentra nuevamente en el centro del debate público tras sus recientes declaraciones en el Congreso de la República. En una comparecencia relacionada con el Proyecto Nacional de Presupuesto de 2025, Márquez se mostró desafiante ante las críticas recibidas por la gestión de su ministerio, alegando que las demoras en la entrega de información al Legislativo no eran de su incumbencia. Esta actitud, que muchos han calificado como arrogante y elusiva, ha generado un fuerte cuestionamiento en el ámbito político y jurídico del país.
El exmagistrado y expresidente de la Corte Suprema de Justicia, Jaime Alberto Arrubla Paucar, advirtió que la postura de Márquez podría acarrearle serias consecuencias disciplinarias. “La respuesta de la ministra Márquez es un reflejo de una actitud antidemocrática, guiada por el ego. El hecho de que haya minimizado la importancia de su responsabilidad ante el Congreso es un acto de negligencia que podría llevar a la Procuraduría General de la Nación a abrir una investigación en su contra”, señaló Arrubla.
El exmagistrado enfatizó que, al actuar en su calidad de ministra de Igualdad, Márquez tiene la obligación de responder adecuadamente a los requerimientos del Congreso. “Ella no puede eludir su deber con excusas técnicas como que el correo rebotó. Es su responsabilidad asegurar que la información llegue en tiempo y forma, y su respuesta deja en evidencia una falta de respeto hacia el control democrático que el Congreso ejerce sobre las entidades del Estado”, añadió.
La polémica se intensifica en un contexto donde la gestión de Márquez ya ha sido fuertemente criticada por los retrasos en la ejecución presupuestal del Ministerio de Igualdad durante el 2023, un año clave para la consolidación de esta nueva entidad. Estas demoras y la reciente actitud de Márquez podrían agravar su situación ante las instancias de control, aumentando las posibilidades de una sanción que podría afectar su carrera política.
En paralelo, el presidente Gustavo Petro ha salido en defensa de su vicepresidenta, asegurando que continuará realizando viajes internacionales pese a las críticas por el alto costo de estas misiones. Sin embargo, este apoyo presidencial no ha mitigado las preocupaciones sobre la forma en que Márquez maneja su doble rol como vicepresidenta y ministra, roles que cada vez parecen más en conflicto.
Este episodio deja abierta la pregunta sobre el futuro político de Francia Márquez y si su actitud desafiante le permitirá mantenerse en uno de los cargos más importantes del gobierno, o si, por el contrario, la llevará a enfrentar las consecuencias disciplinarias que ahora parecen más inminentes que nunca.
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