En la Plaza de Bolívar se reunieron sindicatos, movimientos afines y ciudadanos para tomar la palabra en un espacio simbólico de participación popular.
La Plaza de Bolívar fue el escenario elegido para instalar un cabildo abierto impulsado por sectores afines al gobierno de Gustavo Petro, en un intento por mantener viva la narrativa del paro nacional desde una lógica asamblearia y ciudadana. Sin embargo, el evento ha levantado polémica tanto por su naturaleza simbólica como por la baja asistencia.
La instalación fue liderada por Fabio Arias, presidente de la Central Unitaria de Trabajadores (CUT), y el concejal José Cuesta, del Pacto Histórico, quien defendió el impacto de las acciones del día anterior. “La jornada fue exitosa en el marco del paro”, aseguró, refiriéndose a movilizaciones localizadas en localidades como Usme y Bosa.
El cabildo, aunque no tiene facultad legal para proponer leyes o reformas, permite que cualquier asistente inscrito pueda intervenir y expresar sus demandas ante la opinión pública. El evento congregó principalmente a miembros de sindicatos y movimientos políticos como los Liberales de Base.
Desde el gobierno nacional, el ministro de Igualdad, Carlos Rosero, hizo una breve aparición y aclaró: “Hoy vengo como ciudadano, no como ministro”, en línea con la estrategia del Ejecutivo de desmarcarse oficialmente del paro. La jornada deja entrever una nueva fase de movilización ciudadana, más simbólica que masiva, pero con ecos directos en el discurso político de la Colombia actual.
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